Author: | Sulpicio Vicuña Vidal | ISBN: | 9788740446388 |
Publisher: | Yopublico | Publication: | July 8, 2018 |
Imprint: | Language: | Spanish |
Author: | Sulpicio Vicuña Vidal |
ISBN: | 9788740446388 |
Publisher: | Yopublico |
Publication: | July 8, 2018 |
Imprint: | |
Language: | Spanish |
Con toda seguridad, es el título que más momentos, horas y situaciones de honda dificultad con otras personas de mi entorno y sobre todo conmigo mismo, me ocasionó y por más largo tiempo. Nadie sabe las intimidades de un investigador; en mi caso, y en este particularísimo título: la naturaleza del conocimiento. Para muchos era una verdadera aberración. Para otros, porqué pensar en asuntos tan poco reales. Pensaba en contra de todas las religiones. Mi único y gran aliado era mi total convencimiento sobre los éxitos de las ciencias médicas con la más revolucionaria instrumentación cubriendo casi todas las etapas del proceso médico de la salud humana. La solides de los tres primeros principios pedagógicos fueron la base de todo mi trabajo en el descubrimiento del cuarto principio. Es decir, si los conceptos mente, espíritu, alma, intelecto, psiqué, etc., no eran sino "muletillas lingüísticas o semánticas o filosóficas o caprichitos de altar". Lo que queda es la total posibilidad de una interpretación natural del conocimiento, como un hecho físico, real, con naturaleza, con sustancia y energía. El conocimiento tiene naturaleza quántica. Su naturaleza es onda – partícula, que es el quanta. No es atómica o molecular. Algún día lo contaré el momento en el que descubrí éste principio. Allí no termina mi preocupación; Lograda la expresión físicamente correcta, viene el momento de elaborar todo el logro en "palabras que expresen lo científicamente correcto", y que, al mismo tiempo, sea asequible, elemental al pensamiento más común. Se publicó así "El cuarto principio de las ciencias pedagógicas": a)"Que el conocimiento tiene naturaleza corpuscular". b)"Que el fenómeno que hace posible es el aprender" c)"Que el aprender es sólo posible en el sistema cógnico humano". Éste logro ya acuñado me permitió explicar el "proceso pedagógico del aprender y sus etapas, de los que ya tenía adelantado algunas explicaciones estrictamente desde las ciencias naturales. La lectura de una selección de libros científicos de muy alto nivel, me permitieron ordenar y orientar mi trabajo asía el objetivo de cambiar el clásico espiritualismo del conocimiento así el mundo físico, natural. No fue tan fácil, aún no veo a los "fieles" aceptar la nueva idea. Más pueden las palabras del sacerdote en el púlpito. Proceso que, baja de la quimera a la naturaleza, de la feroz bulla, a la razón. Al paso, ordena que nuestro sistema nervioso, no es sólo el sistema nervioso; sino, es fundamentalmente, el sistema pedagógico del ser humano. Finalmente, el libro presenta el quinto principio, el que fuera descubierto por los maestros de la escuela de aplicación de la Cantuta, en los años 59 y 60. Que dice: "Que todos los niños son diferentes". Es decir "el principio de las diferencias individuales".
Con toda seguridad, es el título que más momentos, horas y situaciones de honda dificultad con otras personas de mi entorno y sobre todo conmigo mismo, me ocasionó y por más largo tiempo. Nadie sabe las intimidades de un investigador; en mi caso, y en este particularísimo título: la naturaleza del conocimiento. Para muchos era una verdadera aberración. Para otros, porqué pensar en asuntos tan poco reales. Pensaba en contra de todas las religiones. Mi único y gran aliado era mi total convencimiento sobre los éxitos de las ciencias médicas con la más revolucionaria instrumentación cubriendo casi todas las etapas del proceso médico de la salud humana. La solides de los tres primeros principios pedagógicos fueron la base de todo mi trabajo en el descubrimiento del cuarto principio. Es decir, si los conceptos mente, espíritu, alma, intelecto, psiqué, etc., no eran sino "muletillas lingüísticas o semánticas o filosóficas o caprichitos de altar". Lo que queda es la total posibilidad de una interpretación natural del conocimiento, como un hecho físico, real, con naturaleza, con sustancia y energía. El conocimiento tiene naturaleza quántica. Su naturaleza es onda – partícula, que es el quanta. No es atómica o molecular. Algún día lo contaré el momento en el que descubrí éste principio. Allí no termina mi preocupación; Lograda la expresión físicamente correcta, viene el momento de elaborar todo el logro en "palabras que expresen lo científicamente correcto", y que, al mismo tiempo, sea asequible, elemental al pensamiento más común. Se publicó así "El cuarto principio de las ciencias pedagógicas": a)"Que el conocimiento tiene naturaleza corpuscular". b)"Que el fenómeno que hace posible es el aprender" c)"Que el aprender es sólo posible en el sistema cógnico humano". Éste logro ya acuñado me permitió explicar el "proceso pedagógico del aprender y sus etapas, de los que ya tenía adelantado algunas explicaciones estrictamente desde las ciencias naturales. La lectura de una selección de libros científicos de muy alto nivel, me permitieron ordenar y orientar mi trabajo asía el objetivo de cambiar el clásico espiritualismo del conocimiento así el mundo físico, natural. No fue tan fácil, aún no veo a los "fieles" aceptar la nueva idea. Más pueden las palabras del sacerdote en el púlpito. Proceso que, baja de la quimera a la naturaleza, de la feroz bulla, a la razón. Al paso, ordena que nuestro sistema nervioso, no es sólo el sistema nervioso; sino, es fundamentalmente, el sistema pedagógico del ser humano. Finalmente, el libro presenta el quinto principio, el que fuera descubierto por los maestros de la escuela de aplicación de la Cantuta, en los años 59 y 60. Que dice: "Que todos los niños son diferentes". Es decir "el principio de las diferencias individuales".