Author: | Collectif | ISBN: | 9782821844551 |
Publisher: | Institut français d’études andines | Publication: | June 2, 2015 |
Imprint: | Institut français d’études andines | Language: | Spanish |
Author: | Collectif |
ISBN: | 9782821844551 |
Publisher: | Institut français d’études andines |
Publication: | June 2, 2015 |
Imprint: | Institut français d’études andines |
Language: | Spanish |
Los primeros evangelizadores de los Andes no tardaron en descubrir que el principal obstáculo a su misión era la presencia del demonio que los indios adoraban bajo la forma de ídolos o de manifestaciones de la naturaleza como el sol, la luna, las estrellas. Sin embargo, beneficiaron de un instrumento ideal para luchar contra este enemigo: la existencia de una “lengua general” el quechua que llamaban del “inga” que les permitía predicar, en un lenguaje comprensible a la mayoría, la refutación de las idolatrías. “¿Has visto al perro que, tirándole una piedra, deja de morder a quien se la tira y muerde la piedra? Pues, así haces tú cuando adoras al sol que no sabe lo que haces. ¿Piensas tú que, porque es tan grande y tan resplandeciente el sol, que por eso es Dios? Es cosa de risa; tú indio miserable, eres mejor y de más estima que el sol porque tienes alma y sientes y hablas y conoces a Dios. El sol no siente ni habla ni conoce más de que es una hacha grande que puso Dios allí para alumbrar este mundo. Pues la luna y las estrellas menos son que el sol y no hacen sino dar vueltas sin descansar como Dios los manda, pues las puso para adornar el cielo y para producir frutos en la tierra, mas la luna y las estrellas no sienten ni hablan ni responden ni se curan de lo que les dice ni se les da nada por lo que les ofreces.” III Concilio Límense 1583: Tercero Catecismo y exposición de la Doctrina Cristiana por sermones (Los Reyes, 1585) “Todas las cosas que quiso, hizo el Señor en el cielo y en la tierra, en la mar y en todos los abismos. Y las nubes crecen y se aumentan con el rocío y la lluvia. Primeramente hizo los once cielos, el uno solo fijo y todos los demás, que siempre se mueven con sus astros y sus estrellas. El ardiente sol y la luna resplandeciente, el lucero y todas las estrellas rutilantes las esmalta en el campo azul del cielo Dios, hacedor de todas las cosas.” Fray Luis Jerónimo de Oré. Símbolo Católico Indiano (Lima, 1598)
Los primeros evangelizadores de los Andes no tardaron en descubrir que el principal obstáculo a su misión era la presencia del demonio que los indios adoraban bajo la forma de ídolos o de manifestaciones de la naturaleza como el sol, la luna, las estrellas. Sin embargo, beneficiaron de un instrumento ideal para luchar contra este enemigo: la existencia de una “lengua general” el quechua que llamaban del “inga” que les permitía predicar, en un lenguaje comprensible a la mayoría, la refutación de las idolatrías. “¿Has visto al perro que, tirándole una piedra, deja de morder a quien se la tira y muerde la piedra? Pues, así haces tú cuando adoras al sol que no sabe lo que haces. ¿Piensas tú que, porque es tan grande y tan resplandeciente el sol, que por eso es Dios? Es cosa de risa; tú indio miserable, eres mejor y de más estima que el sol porque tienes alma y sientes y hablas y conoces a Dios. El sol no siente ni habla ni conoce más de que es una hacha grande que puso Dios allí para alumbrar este mundo. Pues la luna y las estrellas menos son que el sol y no hacen sino dar vueltas sin descansar como Dios los manda, pues las puso para adornar el cielo y para producir frutos en la tierra, mas la luna y las estrellas no sienten ni hablan ni responden ni se curan de lo que les dice ni se les da nada por lo que les ofreces.” III Concilio Límense 1583: Tercero Catecismo y exposición de la Doctrina Cristiana por sermones (Los Reyes, 1585) “Todas las cosas que quiso, hizo el Señor en el cielo y en la tierra, en la mar y en todos los abismos. Y las nubes crecen y se aumentan con el rocío y la lluvia. Primeramente hizo los once cielos, el uno solo fijo y todos los demás, que siempre se mueven con sus astros y sus estrellas. El ardiente sol y la luna resplandeciente, el lucero y todas las estrellas rutilantes las esmalta en el campo azul del cielo Dios, hacedor de todas las cosas.” Fray Luis Jerónimo de Oré. Símbolo Católico Indiano (Lima, 1598)