500 Chistes para partirse el ajete

Nonfiction, Entertainment, Humour & Comedy, Jokes & Riddles, General Humour, Fiction & Literature, Humorous
Cover of the book 500 Chistes para partirse el ajete by Berto Pedrosa, Nuevos Autores
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Author: Berto Pedrosa ISBN: 1230000275441
Publisher: Nuevos Autores Publication: October 21, 2014
Imprint: Language: Spanish
Author: Berto Pedrosa
ISBN: 1230000275441
Publisher: Nuevos Autores
Publication: October 21, 2014
Imprint:
Language: Spanish

Incluye los siguientes volúmenes: 
- 100 Chistes para partirse el ajete 
- Otros 100 Chistes para partirse el ajete 
- Y aún otros 100 Chistes más para partirse el ajete 
- Pues aún quedaban otros 100 Chistes buenos para partirse el ajete 
- 100 Chistes inesperados para partirse el ajete 


—Dígame cuatro palabras en inglés. 
—Metro, Goldwyn, Mayer. 
—¿Y la cuarta? 
—¡Grrrrrrr! 

—¿Nivel de inglés? 
—Alto. 
—Diga “arriba en estas ciudades”. 
—Up in these cities. 
—Haga una frase. 
—Me han operado de up in these cities. 

—Con solo oír el trote de un caballo, digo de qué color es. 
—¡Asombroso! 
—Sí. Ahora sólo me falta acertar alguna vez. 

—Mi capitán, ¿sabe usted dónde está el cabo Finisterre? 
—¡Pero cómo puede ser usted tan burro! ¡Está en La Coruña! 
—Bueno. Vale. Pero no hace falta que se ponga así. No sabía que estaba de permiso. 

Muere Sor María y su alma comienza a subir al cielo. Sube, sube y sube. Cuando llega a la puerta del cielo, San Pedro abre la puerta de par en par para recibirla. Pero Sor María sigue ascendiendo hacia arriba. San Pedro se asoma a la puerta y le grita: 
—¡Sor María, diga “coño”, que se pasa! 

—¿Nivel de inglés? 
—Experto. 
—Traduzca "Juguete". 
—Toy. 
—Ahora úselo en una frase. 
—Toy triste :( 

—Señor Frodo, no tiene porque cargar usted sólo con esta carga tan pesada, déjeme ayudarlo y compartámosla. 
—Sam, déjame mear. 
—Bueno. Pero luego me deja que se la huela. 

Un chino en la puerta de un hospital. Se le acerca un médico. 
—¿Tiene algún problema, señor? ¿Acaso está enfermo? Soy médico. 
El chino se vuelve para mirar al médico y, con una sonrisa de oreja a oreja, le contesta: 
—No, doctol, muchas glacias; no me pasa nada. Sólo estoy viendo el local. 

—¿Ha leído el maestro tu redacción, Francisco? 
—Sí. Creo que se ha conmovido. 
—¿Ah,sí?¿Y eso? 
—Ha dicho que daba pena. 

SORPRENDIDA: Monja en llamas. 

—¿Sabe usted inglés? 
—Sí. 
—Traduzca “en el autobús”. 
—On the bus. 
—Úselo en una frase. 
—¿On the bus tan guapa? 

—Eres un egocéntrico. 
—¿Yo? ¡Pues anda que yo! 

—Bien la presentación, pero en tu plato echo en falta originalidad y coherencia en la idea. 
—Paco, por Dios, cómete las putas lentejas. 

La mujer al marido: 
—Estoy embarazada. ¿Qué quieres que sea? 
—Mío estaría bien. 

Una señora a otra. 
—No puedo comer carne. 
—¿Tensión alta? 
—Pensión baja. 

El profesor a un alumno. 
—Estás expulsado del equipo de paracaidismo. 
—¿Por qué? 
—Porque no me caes bien. 

—¡Mamá, mamá! ¿Qué es la apatía? 
—¿Y qué más da? Todos nos vamos a morir. 

—Mi hijo está yendo a clases de natación. 
—¿Ah, sí? ¿Y que tal lo hace? 
—Pues por ahora nada mal. 

Un hombre que trabajaba en una fábrica de conservas le confesó a su mujer que estaba poseído por una terrible obsesión: Introducir su pene en la cortadora de pepinos. 
Espantada, la esposa le sugirió que consultara con un psicólogo. El marido prometió que lo pensaría, pero todos los días le repetía a su esposa la misma historia, hasta que ella, harta, un día le dijo: 
—¡Pues mételo y no me fastidies más! Es tu problema. 
Días después, el marido llegó cabizbajo, pálido y profundamente abatido. 
—¿Qué pasó, querido? —Le preguntó la mujer. 
—¿Te acuerdas de mi obsesión por meter el pene en la cortadora de pepinos? 
—¡Oh, no! —Gritó la mujer—¡Dime que no lo hiciste! 
—¡Sí, sí, lo hice, lo hice! 
—¡Oh, por Dios! Y… ¿Qué pasó? 
—¡Me despidieron! —Respondió el marido. 
—Pero… y… eh… ¿Qué pasó con la cortadora de pepinos? ¿Te hizo daño? 
—No, no… ¡A ella también la despidieron! 

¿En qué se parece un hombre a un helicóptero? 
En que el hombre tiene sesos y el helicóptero se sostiene. 

Un amigo a otro. 
—¿Cuántos cornudos te parece que viven en esta calle sin contarte a ti? 
—¡Cómo sin contarme a mí! ¡Eso es un insulto! 
—Bueno, no te enfades. Vamos, contándote a ti… ¿cuántos te parece que hay? 

Y así hasta 500 :)

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Incluye los siguientes volúmenes: 
- 100 Chistes para partirse el ajete 
- Otros 100 Chistes para partirse el ajete 
- Y aún otros 100 Chistes más para partirse el ajete 
- Pues aún quedaban otros 100 Chistes buenos para partirse el ajete 
- 100 Chistes inesperados para partirse el ajete 


—Dígame cuatro palabras en inglés. 
—Metro, Goldwyn, Mayer. 
—¿Y la cuarta? 
—¡Grrrrrrr! 

—¿Nivel de inglés? 
—Alto. 
—Diga “arriba en estas ciudades”. 
—Up in these cities. 
—Haga una frase. 
—Me han operado de up in these cities. 

—Con solo oír el trote de un caballo, digo de qué color es. 
—¡Asombroso! 
—Sí. Ahora sólo me falta acertar alguna vez. 

—Mi capitán, ¿sabe usted dónde está el cabo Finisterre? 
—¡Pero cómo puede ser usted tan burro! ¡Está en La Coruña! 
—Bueno. Vale. Pero no hace falta que se ponga así. No sabía que estaba de permiso. 

Muere Sor María y su alma comienza a subir al cielo. Sube, sube y sube. Cuando llega a la puerta del cielo, San Pedro abre la puerta de par en par para recibirla. Pero Sor María sigue ascendiendo hacia arriba. San Pedro se asoma a la puerta y le grita: 
—¡Sor María, diga “coño”, que se pasa! 

—¿Nivel de inglés? 
—Experto. 
—Traduzca "Juguete". 
—Toy. 
—Ahora úselo en una frase. 
—Toy triste :( 

—Señor Frodo, no tiene porque cargar usted sólo con esta carga tan pesada, déjeme ayudarlo y compartámosla. 
—Sam, déjame mear. 
—Bueno. Pero luego me deja que se la huela. 

Un chino en la puerta de un hospital. Se le acerca un médico. 
—¿Tiene algún problema, señor? ¿Acaso está enfermo? Soy médico. 
El chino se vuelve para mirar al médico y, con una sonrisa de oreja a oreja, le contesta: 
—No, doctol, muchas glacias; no me pasa nada. Sólo estoy viendo el local. 

—¿Ha leído el maestro tu redacción, Francisco? 
—Sí. Creo que se ha conmovido. 
—¿Ah,sí?¿Y eso? 
—Ha dicho que daba pena. 

SORPRENDIDA: Monja en llamas. 

—¿Sabe usted inglés? 
—Sí. 
—Traduzca “en el autobús”. 
—On the bus. 
—Úselo en una frase. 
—¿On the bus tan guapa? 

—Eres un egocéntrico. 
—¿Yo? ¡Pues anda que yo! 

—Bien la presentación, pero en tu plato echo en falta originalidad y coherencia en la idea. 
—Paco, por Dios, cómete las putas lentejas. 

La mujer al marido: 
—Estoy embarazada. ¿Qué quieres que sea? 
—Mío estaría bien. 

Una señora a otra. 
—No puedo comer carne. 
—¿Tensión alta? 
—Pensión baja. 

El profesor a un alumno. 
—Estás expulsado del equipo de paracaidismo. 
—¿Por qué? 
—Porque no me caes bien. 

—¡Mamá, mamá! ¿Qué es la apatía? 
—¿Y qué más da? Todos nos vamos a morir. 

—Mi hijo está yendo a clases de natación. 
—¿Ah, sí? ¿Y que tal lo hace? 
—Pues por ahora nada mal. 

Un hombre que trabajaba en una fábrica de conservas le confesó a su mujer que estaba poseído por una terrible obsesión: Introducir su pene en la cortadora de pepinos. 
Espantada, la esposa le sugirió que consultara con un psicólogo. El marido prometió que lo pensaría, pero todos los días le repetía a su esposa la misma historia, hasta que ella, harta, un día le dijo: 
—¡Pues mételo y no me fastidies más! Es tu problema. 
Días después, el marido llegó cabizbajo, pálido y profundamente abatido. 
—¿Qué pasó, querido? —Le preguntó la mujer. 
—¿Te acuerdas de mi obsesión por meter el pene en la cortadora de pepinos? 
—¡Oh, no! —Gritó la mujer—¡Dime que no lo hiciste! 
—¡Sí, sí, lo hice, lo hice! 
—¡Oh, por Dios! Y… ¿Qué pasó? 
—¡Me despidieron! —Respondió el marido. 
—Pero… y… eh… ¿Qué pasó con la cortadora de pepinos? ¿Te hizo daño? 
—No, no… ¡A ella también la despidieron! 

¿En qué se parece un hombre a un helicóptero? 
En que el hombre tiene sesos y el helicóptero se sostiene. 

Un amigo a otro. 
—¿Cuántos cornudos te parece que viven en esta calle sin contarte a ti? 
—¡Cómo sin contarme a mí! ¡Eso es un insulto! 
—Bueno, no te enfades. Vamos, contándote a ti… ¿cuántos te parece que hay? 

Y así hasta 500 :)

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