La falacia iusnaturalista

Ir en contra de la filosofía moderna puede parecer una locura, y tal vez lo sea, pero la necesidad de encontrar razones para el respeto de los derechos humanos no lo es.

El Iusnaturalismo, en su versión moderna, efectivamente se encuentra en el origen de los derechos humanos, al provocar la desprotección de los individuos y dar lugar, por tanto, a la necesidad de la seguridad que le brindan los derechos humanos. Al mismo tiempo, es paradójico, pero es el propio planteamiento iusnaturalista racional moderno, el que lleva el germen que impide la fundamentación de esos derechos.

Para el Iusnaturalismo moderno, la única fuente de las obligaciones humanas es el consentimiento, lo que implica que no se acepte la posibilidad de la necesidad, ni de la obligatoriedad de ninguna conducta por causa ajena o independiente de la voluntad, aun cuando pudieran existir razones evidentes o suficientemente claras para que dicha posibilidad existiera; por lo que, únicamente son reconocidas coma obligatorias aquellas conductas consentidas, o que se presume que de alguna manera lo han sido.