Author: | César J. Pollo | ISBN: | 9781311606778 |
Publisher: | César J. Pollo | Publication: | January 15, 2016 |
Imprint: | Smashwords Edition | Language: | Spanish |
Author: | César J. Pollo |
ISBN: | 9781311606778 |
Publisher: | César J. Pollo |
Publication: | January 15, 2016 |
Imprint: | Smashwords Edition |
Language: | Spanish |
La política demográfica de la Ilustración combinó el reformismo agrario con el poblacionismo, buscando no tanto el imprescindible aumento de la población como el incremento de los residentes activos económicamente. El reformismo ilustrado se enfrentó en Castilla a un mundo rural estancado, muy parecido al actual, cuya característica dominante era la gran abundancia de campos yermos y lugares despoblados, intentando fomentar la aparición de un campesinado que fuera el gestor de una finca agraria de tamaño familiar; un labrador con capital propio suficiente, con ganados y aperos de labranza para cultivar directamente una extensión de tierra del tamaño adecuado para mantener a su familia y generar algunos excedentes comercializables. De forma paralela a la construcción del Canal de Castilla (1753-1849), se desarrolló una política de colonización y establecimiento de nuevas poblaciones, relacionadas con las necesidades de ejecución, mantenimiento y atención a las infraestructuras del propio canal. Juan de Homar, uno de los ingenieros que participó en el cartografiado y la dirección de las obras del canal, consideró que, en el caso concreto del puente-acueducto de Abánades, se podían combinar el objetivo colonizador con el de asegurar el mantenimiento de las obras hidráulicas, apoyando calurosamente la idea de repoblar los tres despoblados medievales de Abánades, los de Suso y Yuso y el de Enmedio, con la fundación de un nuevo enclave al que se le dio el nombre de San Carlos el Real de Abánades, pensando que se desarrollaría pujante y próspero.
La política demográfica de la Ilustración combinó el reformismo agrario con el poblacionismo, buscando no tanto el imprescindible aumento de la población como el incremento de los residentes activos económicamente. El reformismo ilustrado se enfrentó en Castilla a un mundo rural estancado, muy parecido al actual, cuya característica dominante era la gran abundancia de campos yermos y lugares despoblados, intentando fomentar la aparición de un campesinado que fuera el gestor de una finca agraria de tamaño familiar; un labrador con capital propio suficiente, con ganados y aperos de labranza para cultivar directamente una extensión de tierra del tamaño adecuado para mantener a su familia y generar algunos excedentes comercializables. De forma paralela a la construcción del Canal de Castilla (1753-1849), se desarrolló una política de colonización y establecimiento de nuevas poblaciones, relacionadas con las necesidades de ejecución, mantenimiento y atención a las infraestructuras del propio canal. Juan de Homar, uno de los ingenieros que participó en el cartografiado y la dirección de las obras del canal, consideró que, en el caso concreto del puente-acueducto de Abánades, se podían combinar el objetivo colonizador con el de asegurar el mantenimiento de las obras hidráulicas, apoyando calurosamente la idea de repoblar los tres despoblados medievales de Abánades, los de Suso y Yuso y el de Enmedio, con la fundación de un nuevo enclave al que se le dio el nombre de San Carlos el Real de Abánades, pensando que se desarrollaría pujante y próspero.