(Des)Calificado

Dios puede escribir historias extraordinarias con vidas ordinarias

Muchos de nosotros luchamos con la brecha entre nuestras debilidades y nuestros sueños, entre quiénes somos y quiénes Dios dice que debíamos ser. Nos sentimos descalificados para hacer la obra de Dios, o vivir el llamado que imaginamos. Pero Dios tiene una manera de usar nuestras debilidades para bien. De hecho, Dios ama a las personas descalificadas. En (Des) Calificado, el Pastor Steven Furtick te ayuda a descubrir lo que has asumido sobre ti, y a verte como Dios te ve. Porque la verdadera paz y la confianza no vienen de la perfección mundana, sino de la aceptación: la aceptación de Dios hacia ti, tu aceptación de ti mismo, y tu aceptación del proceso de cambio de Dios.

Este es un libro sobre entender tu identidad a la luz de quién es Dios. Es un libro sobre llegar a un acuerdo con lo bueno, lo malo, y lo innombrable en tu vida, y aprender a permitir que Dios te use. Es sobre precipitarte dentro de la brecha entre tu presente y tus esperanzas, y encontrar a Dios allí. Después de todo, Dios no puede bendecir quien tú pretendes ser. Pero anhela bendecir quien tú realmente eres: una persona abatida y con defectos. Bueno para nosotros que Dios está en el negocio de usar personas ordinarias para hacer cosas extraordinarias.

Many of us wrestle with the gap between our weaknesses and our dreams, between who we are and who God says we are meant to be. We feel unqualified to do God's work or to live out the calling we imagine. But God has a way of using our weaknesses for good. In fact, God loves unqualified people. In (Un)Qualified, Pastor Steven Furtick helps you peel back the assumptions you've made about yourself and see yourself as God sees you. Because true peace and confidence come not from worldly perfection but from acceptance: God's acceptance of you, your acceptance of yourself, and your acceptance of God's process of change.

This is a book about understanding your identity in light of who God is. It's a book about coming to terms with the good, the bad, and the unmentionable in your life and learning to let God use you. It's about charging into the gap between your present and your hopes and meeting God there. After all, God can't bless who you pretend to be. But he longs to bless who you really are; a flawed and broken person. Good thing for us that God is in the business of using broken people to do big things.