Author: | Jose Manuel Ferro Veiga | ISBN: | 1230003060551 |
Publisher: | Jose manuel Ferro Veiga | Publication: | February 1, 2019 |
Imprint: | Language: | Spanish |
Author: | Jose Manuel Ferro Veiga |
ISBN: | 1230003060551 |
Publisher: | Jose manuel Ferro Veiga |
Publication: | February 1, 2019 |
Imprint: | |
Language: | Spanish |
Ante el actual panorama laboral, ser funcionario se ha convertido en la meta de muchos. Puesto fijo, bien remunerado, 35 horas semanales, jornada continua, pagas extraordinarias, posibilidades de ascenso en una empresa a pleno rendimiento? No se trata de un anuncio de trabajo al uso, sino de algunas ventajas de las tan codiciadas plazas de funcionario, que año tras año se disputan cientos de miles de aspirantes. Para acceder a una de ellas hay que superar un duro obstáculo: las temidas oposiciones, que habrán de prepararse como mínimo durante un año, asumiendo la posibilidad de no lograr plaza. Opositar se ha convertido en una exigente labor que requiere gran sacrificio y constancia. Dependiendo de la plaza a la que se opte, el opositor se ve obligado a estudiar hasta ocho horas diarias sabiendo que, probablemente, suspenderá el primer examen y que el esfuerzo le costará, de media, un año de su vida. Aún así, en España opositan al .millones de personas, sobre todo para auxiliares administrativos. La razón es clara: la seguridad del funcionariado y la garantía de un sueldo a final de mes durante el resto de la vida. Cuestiones básicas para muchas personas en una época marcada por la inestabilidad laboral que aumenta año tras año. La vida del opositor se ve notablemente alterada por la preparación de las pruebas.
Todas las oposiciones tienen en común temas de Organización del Estado (Constitución Española) y temas de Derecho Administrativo. El resto del temario variará en función del tipo de plaza a la que se opte y de la comunidad autónoma que saque las plazas. Las que exigen mayor preparación, dirigidas a titulados superiores, son las que menos competencia presentan pero también las más duras de preparar, tanto por la cantidad de la materia a estudiar como por su dificultad. Los programas pueden sufrir alguna modificación de una convocatoria a otra, pero lo habitual es que el conjunto de temas no cambie, con lo que la preparación realizada sirve para sucesivas convocatorias. Los procedimientos de selección incluyen pruebas diversas: ejercicios de temas de conocimientos generales o específicos (orales, escritos o ambos), test psicotécnicos, entrevistas, pruebas para valorar conocimientos de idiomas? Al menos uno de los ejercicios de la oposición ha de ser práctico.
Se puede estudiar en casa, consiguiendo el material por medios propios (a través de Internet o de algún conocido) o solicitando cursos a distancia. Estos últimos incluyen envío de material, tutorías (por correo, fax, teléfono o Internet), orientación y guía y ejercicios prácticos. La opción de preparar los exámenes en casa exige una organización ejemplar, adquirir hábitos de estudio, fuerza de voluntad a raudales y, sobre todo, disponer de medios para obtener la información necesaria (fechas, temarios, cambios?).
Otra alternativa es acudir a una academia. Las clases impartidas en estos centros sirven para adquirir hábitos de estudio y marcar un ritmo en la preparación, a la vez que aclaran dudas y permiten realizar exámenes tipo para familiarizarse con las pruebas finales. Estos centros proporcionan información actualizada, ayudan a resolver dudas y facilitan exámenes de oposiciones anteriores. También ayudan a los opositores a percatarse de la escala de importancia de la materia, es decir, a otorgar a cada temario la importancia que tiene. Las clases se adaptan a todo tipo de horarios (mañana, tarde, noche e incluso sábados). La razón es que parte de sus alumnos trabajan y dedican su tiempo libre a preparar estas oposiciones. El porcentaje de aprobados de los alumnos que optan por las academias es alto, ronda el 70%-75%, aunque antes de decidirse por una u otra academia es importante comparar precios y trayectorias de cada una de ellas
Los puestos de funcionario de la administración se engloban en diferentes niveles reflejando así al grupo de profesionales que lo constituyen. Para acceder mediante oposición a cualquiera de los cinco grupos (A, B, C, D y E) es necesario saber qué formación exige cada uno de ellos:
El nivel A: Corresponde al Cuerpo Superior de Administradores del Estado. Para acceder a las oposiciones de estas plazas es necesario tener título de Doctor, Licenciado, Ingeniero, Arquitecto o equivalente. Los puestos que se ofertan en este grupo son los de técnicos de administración, directores?
El nivel B: Es el Cuerpo General de Gestión de la Administración Civil del Estado. Se precisa Título de Ingeniero Técnico, Diplomado Universitario, Arquitecto Técnico, Formación Profesional del Tercer Grado o equivalente. Estos profesionales pasan a ocuparse del cuerpo de gestión, con puestos de jefes de departamento, por ejemplo.
El nivel C: Para aquellos en posesión del Título de Bachiller, Formación profesional de Segundo Grado o equivalente. Trabajan como administrativos.
El nivel D: Título de Graduado Escolar, Formación Profesional de Primer Grado o equivalente. Son los llamados auxiliares administrativos.
El nivel E: Apto para los que tengan el Certificado Escolar. Este es el grupo del cuerpo de subalternos, celadores, conserjes, bedeles?
Las oposiciones de nivel E y D son las que más competencia presentan, dado que, al requerir menos titulación, el número de gente que opta a ellas es muy elevado. A las oposiciones para alcanzar niveles superiores se presenta menos gente, aunque los exámenes son más complicados. Dentro del Grupo o Nivel A, la media de temas por oposición es de 120-140, en el Grupo B de 50 a 65, el C 40-50 y el D en torno a los 10-12 temas.
La legislación más frecuentemente requerida son las que adjunto en este libro, entre otras. No obstante y pese al amplísimo abanico de situaciones, sí pueden sacarse algunas ideas en claro. Por ejemplo, que hay dos maneras de preparar a unas oposiciones: con ayuda de una academia o sin ella, y que esta última es más barata que la primera. Aunque el coste de los materiales de estudio y libros de texto aumenta o disminuye según la complejidad del examen, su valor es significativamente más reducido que la matrícula en una academia. En teoría, es posible presentarse a unas oposiciones sin gastar dinero o invirtiendo unos pocos euros. Tanto la Constitución como el Estatuto del Empleado Público están disponibles gratuitamente para todo aquél que quiera leerlos, ya sea a través de Internet o del Boletín Oficial del Estado. En cuanto al resto de los textos específicos para cada oposición, su coste puede abaratarse al adquirirlos de segunda mano.
Sin embargo, que sea posible no quiere decir que sea lo más frecuente o recomendable. La mayor parte de los opositores compra textos que incluyen contenidos extra, como ejercicios prácticos, cuestionarios, manuales de dudas o explicaciones más claras. También es normal buscar las últimas ediciones, los textos más actualizados y algunas guías que, si bien no son obligatorias, pueden ayudar a superar una oposición, como las que ofrecen técnicas de estudio o ejercicios de memoria. Pero, incluso así, con todos estos aditamentos, el opositor no gastará más de 200 euros en materiales.
El asunto es que, salvo excepciones, las posibilidades de éxito son menores que las que tendría al prepararse con ayuda especializada. No en vano, numerosas academias repartidas por toda España ofrecen cursos específicos que, además de incluir en el precio todos los libros de texto necesarios, brindan valores añadidos o de diferenciación para que la persona destaque entre los demás aspirantes y tenga más posibilidades de hacerse con el puesto que desee. La labor que se desarrolla en estos centros de estudio, así como una oferta de cursos cada vez más afinada y precisa, demuestra que la expresión "opositor de profesión" ha dejado de ser una frase hilarante para convertirse en un tema muy serio y, además, costoso. Porque, más allá de que unas academias sean más asequibles que otras, o de que unos cursos sean más caros que otros dentro del mismo centro, prepararse con la ayuda de expertos supone, en promedio, un desembolso de 2.000 euros. En general, las crisis económicas impulsan a la prudencia, aunque ser cautos y ahorrar no siempre van de la mano. Cuando hay una crisis económica, aumenta el número de matriculados para preparar oposiciones, según precisan los profesores de academia, de acuerdo al incremento que experimenta el número de matriculaciones. Y aunque a primera vista parece un contrasentido, no lo es. La desaceleración y la recesión económica de un país entrañan la inseguridad de los ciudadanos, en especial de los que trabajan en el sector privado y temen perder su empleo. Esto explica que en momentos de poca bonanza financiera, las personas tiendan a buscar seguridad, incluso si esa búsqueda implica un gasto extra.
Acceder a un puesto en la Administración supone lograr un trabajo estable y, en consecuencia, seguridad. De ahí que aumenten los interesados en presentarse a una oposición y en prepararla con las mejores herramientas que tengan a su alcance. Para expresarlo de otro modo, se trata de un asunto de previsión e inversión a medio o largo plazo.
Aunque variadas y numerosas, las academias que preparan a los aspirantes coinciden en que no hay fórmulas mágicas para colocarse el primero en la lista y acceder a un empleo público. De hecho, la principal responsabilidad recae en el opositor y no en el centro de estudios, pues las técnicas y estrategias que se imparten, por sí solas, no servirían para nada. El esfuerzo y la dedicación de la persona es la base y, como tal, también supone unos costes. Al margen del desembolso económico, presentarse a unas oposiciones requiere otro tipo de inversiones y renuncias. Y la primera de ellas es el tiempo. ¿Cuánto se tarda, de media, en alcanzar los conocimientos necesarios para acudir preparado a la prueba? Lo mínimo, según indican varias academias, son nueve meses o un año; un periodo que puede extenderse hasta los dos o tres años, dependiendo de la facilidad de aprendizaje, la complejidad de la prueba y las horas diarias que se dediquen a estudiar.
De ahí que los cursos tiendan cada vez más a impartirse de un modo personalizado. "La apuesta por la formación abierta tiene varias razones". Por un lado, no todas las personas son iguales; hay opositores que trabajan a tiempo completo en el sector privado, o que tienen hijos o mayores a su cargo, y otros que trabajan a tiempo parcial o que están desempleados y viven con sus padres. En estos casos, la flexibilidad horaria resulta imprescindible. Por otro lado, el modelo tradicional de un aula con varios compañeros de clase, en estos casos, no funciona. "Si un opositor se prepara en una sala junto a otros 19, no los verá como compañeros, sino como enemigos, pues sabe de antemano que no hay plazas para todos y que deberán competir. La situación que se genera es muy tensa".
A su vez, el ritmo de aprendizaje es diferente para cada persona. Por eso los cursos a medida permiten que cada opositor se centre en aquello que más le cuesta o necesita mejorar. Asimismo, posibilitan que los preparadores sigan de cerca la evolución del aspirante. Por supuesto, hay una tarea que no evita ninguna escuela: sentarse y estudiar, algo que se hace en solitario. Sin embargo, las academias ofrecen técnicas de estudio y relajación para amenizar la faena. Muchas de ellas también realizan simulacros de examen, ayudan al opositor a mejorar su comunicación gestual si debe enfrentarse a una prueba oral y hacen hincapié en las tan habituales (y temidas) "preguntas con trampa", que pueden dejar fuera de carrera al opositor más abnegado.
Para acceder a algunos puestos públicos se utiliza un sistema mixto de selección que combina las características de la oposición con las del concurso. En estos casos, tan importante como la prueba en sí son los méritos anteriores del aspirante, pues colocarse en el primer lugar de la lista se consigue gracias a la suma de puntos de ambas instancias. De base, una persona está habilitada para concursar cuando dispone de la titulación académica que se necesita para desempeñar el puesto. No obstante, cuando todos los aspirantes tienen la misma formación profesional, se valoran otros méritos que suman puntos y, por tanto, marcan la diferencia. Aquí es donde entran en juego los llamados cursos "baremables", que son aquellos méritos que la Administración tiene en cuenta como valor curricular y que puntúan.
Estos cursos "baremables" se apoyan en la idea de que los funcionarios deben actualizar su formación para desempeñar sus tareas lo mejor posible; algo deseable en todos los sectores e imprescindible en algunos, como el sanitario. La cuestión es que, además de servir a este propósito, los cursos son también un valor añadido en el currículo del aspirante. En este sentido, si el proceso de selección es mixto, habrá que considerar también los costes que implica realizar uno o más de estos cursos pues, aunque hay algunos gratuitos o subvencionados, la inmensa mayoría son de pago. La cuantía, claro está, dependerá de la cantidad de cursos que se sigan, la duración de los mismos, la academia que se elija y el diploma obtenido.
Dejando a un lado los que son gratuitos, el rango de precios es muy amplio, ya que va desde 40 a 9.000 euros. Junto con el trabajo de enfermero y profesor de autoescuela, uno de los puestos más atractivo por la demanda que tiene es el de auxiliar administrativo en instituciones locales, como los ayuntamientos. No obstante, las oposiciones estrella, las que despiertan más curiosidad e interés, son las que permiten el acceso a los distintos cuerpos de seguridad del Estado, y suponen gran parte de las consultas, tanto en las academias de capacitación como en los portales de Internet que ofrecen información y datos sobre empleo público. Lo que sucede es que, en estos casos concretos, las convocatorias no están abiertas para todos, pues se exigen requisitos particulares (como tener nacionalidad española o una determinada complexión física) que vedan el acceso a parte de la población.
Aunque algo extremo, el ejemplo sirve para ilustrar que, si bien suele haber un cierto estándar en los requisitos, cada oposición tiene sus particularidades. Algunas convocatorias están abiertas a personas mayores de 16 años; otras, a mayores de 18. Hay puestos que requieren ser bilingüe y haber cursado estudios superiores. Se convocan plazas reservadas únicamente para españoles, plazas abiertas a ciudadanos de los Estados miembros de la Unión Europea y puestos a los que también pueden presentarse residentes extracomunitarios. Lo importante, en cualquier caso, es informarse muy bien antes de comprar materiales, matricularse en una academia o apuntarse en un curso "baremable", ya que la diferencia entre invertir tiempo y dinero o malgastarlos pasa, estos casos, por haber estudiado bien todas las opciones.
El autor del libro recoge del BOE (Boletín oficial del Estado), algunas de las leyes principales para preparar cualquier oposición. Aprobar unas oposiciones no requiere solo de capacidad e inteligencia. La perseverancia y una buena planificación también resultan claves en el proceso. Y, en este sentido, la tecnología puede contribuir a llevar unos buenos hábitos de estudio y a que el momento de examinarse sea un éxito. Antes de superar unas oposiciones, es primordial buscar las oportunidades más idóneas y que mejor encajen con nuestro perfil, formación e intereses. Es decir, estar al tanto de las distintas convocatorias que van surgiendo en nuestro ámbito profesional. Para ello, existen tanto webs como aplicaciones móviles que recopilan estos procesos. Una de las más útiles es la app Empleo público. Creada por el Ministerio de Hacienda y Función Pública, esta aplicación recopila las distintas convocatorias disponibles para opositar, que se van actualizando al minuto. En ella también es posible consultar detalles variados sobre los puestos y procesos selectivos. Aunque todo depende de la persona, preparar unas oposiciones no es sencillo, sobre todo para aquellos perfiles que han pasado temporadas sin estudiar. Por eso es tan importante la planificación. Una buena forma de estudiar la materia de los exámenes es poniendo en práctica los conocimientos. De ahí que existan diversas aplicaciones que contienen test de exámenes reales de oposiciones anteriores de sectores y puestos tan variados como justicia, auxiliar administrativo, guardia civil o celador, recopilados en esta lista. Según la candidatura, hay oposiciones que también cuentan con pruebas físicas, como las destinadas a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Y para ellas también hay disponibles apps que ayudan a planificar los entrenamientos de forma eficaz. Pero en el proceso de preparación de unas oposiciones no todo va a ser estudiar, sino que también tiene que haber tiempo para descansar y relajarse. Las redes sociales son un buen espacio para ello. En Instagram ha surgido toda una corriente de cuentas de opositores que transmiten su día a día en sus perfiles. Apuntes cuidados y bonitos, consejos para el estudio, desahogos... En cuentas como Study Inspiration (@opos_justicia), Margot (@opo.margot) y Diario De Una Opositora (@ddunaopositora) puedes encontrar esto y mucho más.
Ante el actual panorama laboral, ser funcionario se ha convertido en la meta de muchos. Puesto fijo, bien remunerado, 35 horas semanales, jornada continua, pagas extraordinarias, posibilidades de ascenso en una empresa a pleno rendimiento? No se trata de un anuncio de trabajo al uso, sino de algunas ventajas de las tan codiciadas plazas de funcionario, que año tras año se disputan cientos de miles de aspirantes. Para acceder a una de ellas hay que superar un duro obstáculo: las temidas oposiciones, que habrán de prepararse como mínimo durante un año, asumiendo la posibilidad de no lograr plaza. Opositar se ha convertido en una exigente labor que requiere gran sacrificio y constancia. Dependiendo de la plaza a la que se opte, el opositor se ve obligado a estudiar hasta ocho horas diarias sabiendo que, probablemente, suspenderá el primer examen y que el esfuerzo le costará, de media, un año de su vida. Aún así, en España opositan al .millones de personas, sobre todo para auxiliares administrativos. La razón es clara: la seguridad del funcionariado y la garantía de un sueldo a final de mes durante el resto de la vida. Cuestiones básicas para muchas personas en una época marcada por la inestabilidad laboral que aumenta año tras año. La vida del opositor se ve notablemente alterada por la preparación de las pruebas.
Todas las oposiciones tienen en común temas de Organización del Estado (Constitución Española) y temas de Derecho Administrativo. El resto del temario variará en función del tipo de plaza a la que se opte y de la comunidad autónoma que saque las plazas. Las que exigen mayor preparación, dirigidas a titulados superiores, son las que menos competencia presentan pero también las más duras de preparar, tanto por la cantidad de la materia a estudiar como por su dificultad. Los programas pueden sufrir alguna modificación de una convocatoria a otra, pero lo habitual es que el conjunto de temas no cambie, con lo que la preparación realizada sirve para sucesivas convocatorias. Los procedimientos de selección incluyen pruebas diversas: ejercicios de temas de conocimientos generales o específicos (orales, escritos o ambos), test psicotécnicos, entrevistas, pruebas para valorar conocimientos de idiomas? Al menos uno de los ejercicios de la oposición ha de ser práctico.
Se puede estudiar en casa, consiguiendo el material por medios propios (a través de Internet o de algún conocido) o solicitando cursos a distancia. Estos últimos incluyen envío de material, tutorías (por correo, fax, teléfono o Internet), orientación y guía y ejercicios prácticos. La opción de preparar los exámenes en casa exige una organización ejemplar, adquirir hábitos de estudio, fuerza de voluntad a raudales y, sobre todo, disponer de medios para obtener la información necesaria (fechas, temarios, cambios?).
Otra alternativa es acudir a una academia. Las clases impartidas en estos centros sirven para adquirir hábitos de estudio y marcar un ritmo en la preparación, a la vez que aclaran dudas y permiten realizar exámenes tipo para familiarizarse con las pruebas finales. Estos centros proporcionan información actualizada, ayudan a resolver dudas y facilitan exámenes de oposiciones anteriores. También ayudan a los opositores a percatarse de la escala de importancia de la materia, es decir, a otorgar a cada temario la importancia que tiene. Las clases se adaptan a todo tipo de horarios (mañana, tarde, noche e incluso sábados). La razón es que parte de sus alumnos trabajan y dedican su tiempo libre a preparar estas oposiciones. El porcentaje de aprobados de los alumnos que optan por las academias es alto, ronda el 70%-75%, aunque antes de decidirse por una u otra academia es importante comparar precios y trayectorias de cada una de ellas
Los puestos de funcionario de la administración se engloban en diferentes niveles reflejando así al grupo de profesionales que lo constituyen. Para acceder mediante oposición a cualquiera de los cinco grupos (A, B, C, D y E) es necesario saber qué formación exige cada uno de ellos:
El nivel A: Corresponde al Cuerpo Superior de Administradores del Estado. Para acceder a las oposiciones de estas plazas es necesario tener título de Doctor, Licenciado, Ingeniero, Arquitecto o equivalente. Los puestos que se ofertan en este grupo son los de técnicos de administración, directores?
El nivel B: Es el Cuerpo General de Gestión de la Administración Civil del Estado. Se precisa Título de Ingeniero Técnico, Diplomado Universitario, Arquitecto Técnico, Formación Profesional del Tercer Grado o equivalente. Estos profesionales pasan a ocuparse del cuerpo de gestión, con puestos de jefes de departamento, por ejemplo.
El nivel C: Para aquellos en posesión del Título de Bachiller, Formación profesional de Segundo Grado o equivalente. Trabajan como administrativos.
El nivel D: Título de Graduado Escolar, Formación Profesional de Primer Grado o equivalente. Son los llamados auxiliares administrativos.
El nivel E: Apto para los que tengan el Certificado Escolar. Este es el grupo del cuerpo de subalternos, celadores, conserjes, bedeles?
Las oposiciones de nivel E y D son las que más competencia presentan, dado que, al requerir menos titulación, el número de gente que opta a ellas es muy elevado. A las oposiciones para alcanzar niveles superiores se presenta menos gente, aunque los exámenes son más complicados. Dentro del Grupo o Nivel A, la media de temas por oposición es de 120-140, en el Grupo B de 50 a 65, el C 40-50 y el D en torno a los 10-12 temas.
La legislación más frecuentemente requerida son las que adjunto en este libro, entre otras. No obstante y pese al amplísimo abanico de situaciones, sí pueden sacarse algunas ideas en claro. Por ejemplo, que hay dos maneras de preparar a unas oposiciones: con ayuda de una academia o sin ella, y que esta última es más barata que la primera. Aunque el coste de los materiales de estudio y libros de texto aumenta o disminuye según la complejidad del examen, su valor es significativamente más reducido que la matrícula en una academia. En teoría, es posible presentarse a unas oposiciones sin gastar dinero o invirtiendo unos pocos euros. Tanto la Constitución como el Estatuto del Empleado Público están disponibles gratuitamente para todo aquél que quiera leerlos, ya sea a través de Internet o del Boletín Oficial del Estado. En cuanto al resto de los textos específicos para cada oposición, su coste puede abaratarse al adquirirlos de segunda mano.
Sin embargo, que sea posible no quiere decir que sea lo más frecuente o recomendable. La mayor parte de los opositores compra textos que incluyen contenidos extra, como ejercicios prácticos, cuestionarios, manuales de dudas o explicaciones más claras. También es normal buscar las últimas ediciones, los textos más actualizados y algunas guías que, si bien no son obligatorias, pueden ayudar a superar una oposición, como las que ofrecen técnicas de estudio o ejercicios de memoria. Pero, incluso así, con todos estos aditamentos, el opositor no gastará más de 200 euros en materiales.
El asunto es que, salvo excepciones, las posibilidades de éxito son menores que las que tendría al prepararse con ayuda especializada. No en vano, numerosas academias repartidas por toda España ofrecen cursos específicos que, además de incluir en el precio todos los libros de texto necesarios, brindan valores añadidos o de diferenciación para que la persona destaque entre los demás aspirantes y tenga más posibilidades de hacerse con el puesto que desee. La labor que se desarrolla en estos centros de estudio, así como una oferta de cursos cada vez más afinada y precisa, demuestra que la expresión "opositor de profesión" ha dejado de ser una frase hilarante para convertirse en un tema muy serio y, además, costoso. Porque, más allá de que unas academias sean más asequibles que otras, o de que unos cursos sean más caros que otros dentro del mismo centro, prepararse con la ayuda de expertos supone, en promedio, un desembolso de 2.000 euros. En general, las crisis económicas impulsan a la prudencia, aunque ser cautos y ahorrar no siempre van de la mano. Cuando hay una crisis económica, aumenta el número de matriculados para preparar oposiciones, según precisan los profesores de academia, de acuerdo al incremento que experimenta el número de matriculaciones. Y aunque a primera vista parece un contrasentido, no lo es. La desaceleración y la recesión económica de un país entrañan la inseguridad de los ciudadanos, en especial de los que trabajan en el sector privado y temen perder su empleo. Esto explica que en momentos de poca bonanza financiera, las personas tiendan a buscar seguridad, incluso si esa búsqueda implica un gasto extra.
Acceder a un puesto en la Administración supone lograr un trabajo estable y, en consecuencia, seguridad. De ahí que aumenten los interesados en presentarse a una oposición y en prepararla con las mejores herramientas que tengan a su alcance. Para expresarlo de otro modo, se trata de un asunto de previsión e inversión a medio o largo plazo.
Aunque variadas y numerosas, las academias que preparan a los aspirantes coinciden en que no hay fórmulas mágicas para colocarse el primero en la lista y acceder a un empleo público. De hecho, la principal responsabilidad recae en el opositor y no en el centro de estudios, pues las técnicas y estrategias que se imparten, por sí solas, no servirían para nada. El esfuerzo y la dedicación de la persona es la base y, como tal, también supone unos costes. Al margen del desembolso económico, presentarse a unas oposiciones requiere otro tipo de inversiones y renuncias. Y la primera de ellas es el tiempo. ¿Cuánto se tarda, de media, en alcanzar los conocimientos necesarios para acudir preparado a la prueba? Lo mínimo, según indican varias academias, son nueve meses o un año; un periodo que puede extenderse hasta los dos o tres años, dependiendo de la facilidad de aprendizaje, la complejidad de la prueba y las horas diarias que se dediquen a estudiar.
De ahí que los cursos tiendan cada vez más a impartirse de un modo personalizado. "La apuesta por la formación abierta tiene varias razones". Por un lado, no todas las personas son iguales; hay opositores que trabajan a tiempo completo en el sector privado, o que tienen hijos o mayores a su cargo, y otros que trabajan a tiempo parcial o que están desempleados y viven con sus padres. En estos casos, la flexibilidad horaria resulta imprescindible. Por otro lado, el modelo tradicional de un aula con varios compañeros de clase, en estos casos, no funciona. "Si un opositor se prepara en una sala junto a otros 19, no los verá como compañeros, sino como enemigos, pues sabe de antemano que no hay plazas para todos y que deberán competir. La situación que se genera es muy tensa".
A su vez, el ritmo de aprendizaje es diferente para cada persona. Por eso los cursos a medida permiten que cada opositor se centre en aquello que más le cuesta o necesita mejorar. Asimismo, posibilitan que los preparadores sigan de cerca la evolución del aspirante. Por supuesto, hay una tarea que no evita ninguna escuela: sentarse y estudiar, algo que se hace en solitario. Sin embargo, las academias ofrecen técnicas de estudio y relajación para amenizar la faena. Muchas de ellas también realizan simulacros de examen, ayudan al opositor a mejorar su comunicación gestual si debe enfrentarse a una prueba oral y hacen hincapié en las tan habituales (y temidas) "preguntas con trampa", que pueden dejar fuera de carrera al opositor más abnegado.
Para acceder a algunos puestos públicos se utiliza un sistema mixto de selección que combina las características de la oposición con las del concurso. En estos casos, tan importante como la prueba en sí son los méritos anteriores del aspirante, pues colocarse en el primer lugar de la lista se consigue gracias a la suma de puntos de ambas instancias. De base, una persona está habilitada para concursar cuando dispone de la titulación académica que se necesita para desempeñar el puesto. No obstante, cuando todos los aspirantes tienen la misma formación profesional, se valoran otros méritos que suman puntos y, por tanto, marcan la diferencia. Aquí es donde entran en juego los llamados cursos "baremables", que son aquellos méritos que la Administración tiene en cuenta como valor curricular y que puntúan.
Estos cursos "baremables" se apoyan en la idea de que los funcionarios deben actualizar su formación para desempeñar sus tareas lo mejor posible; algo deseable en todos los sectores e imprescindible en algunos, como el sanitario. La cuestión es que, además de servir a este propósito, los cursos son también un valor añadido en el currículo del aspirante. En este sentido, si el proceso de selección es mixto, habrá que considerar también los costes que implica realizar uno o más de estos cursos pues, aunque hay algunos gratuitos o subvencionados, la inmensa mayoría son de pago. La cuantía, claro está, dependerá de la cantidad de cursos que se sigan, la duración de los mismos, la academia que se elija y el diploma obtenido.
Dejando a un lado los que son gratuitos, el rango de precios es muy amplio, ya que va desde 40 a 9.000 euros. Junto con el trabajo de enfermero y profesor de autoescuela, uno de los puestos más atractivo por la demanda que tiene es el de auxiliar administrativo en instituciones locales, como los ayuntamientos. No obstante, las oposiciones estrella, las que despiertan más curiosidad e interés, son las que permiten el acceso a los distintos cuerpos de seguridad del Estado, y suponen gran parte de las consultas, tanto en las academias de capacitación como en los portales de Internet que ofrecen información y datos sobre empleo público. Lo que sucede es que, en estos casos concretos, las convocatorias no están abiertas para todos, pues se exigen requisitos particulares (como tener nacionalidad española o una determinada complexión física) que vedan el acceso a parte de la población.
Aunque algo extremo, el ejemplo sirve para ilustrar que, si bien suele haber un cierto estándar en los requisitos, cada oposición tiene sus particularidades. Algunas convocatorias están abiertas a personas mayores de 16 años; otras, a mayores de 18. Hay puestos que requieren ser bilingüe y haber cursado estudios superiores. Se convocan plazas reservadas únicamente para españoles, plazas abiertas a ciudadanos de los Estados miembros de la Unión Europea y puestos a los que también pueden presentarse residentes extracomunitarios. Lo importante, en cualquier caso, es informarse muy bien antes de comprar materiales, matricularse en una academia o apuntarse en un curso "baremable", ya que la diferencia entre invertir tiempo y dinero o malgastarlos pasa, estos casos, por haber estudiado bien todas las opciones.
El autor del libro recoge del BOE (Boletín oficial del Estado), algunas de las leyes principales para preparar cualquier oposición. Aprobar unas oposiciones no requiere solo de capacidad e inteligencia. La perseverancia y una buena planificación también resultan claves en el proceso. Y, en este sentido, la tecnología puede contribuir a llevar unos buenos hábitos de estudio y a que el momento de examinarse sea un éxito. Antes de superar unas oposiciones, es primordial buscar las oportunidades más idóneas y que mejor encajen con nuestro perfil, formación e intereses. Es decir, estar al tanto de las distintas convocatorias que van surgiendo en nuestro ámbito profesional. Para ello, existen tanto webs como aplicaciones móviles que recopilan estos procesos. Una de las más útiles es la app Empleo público. Creada por el Ministerio de Hacienda y Función Pública, esta aplicación recopila las distintas convocatorias disponibles para opositar, que se van actualizando al minuto. En ella también es posible consultar detalles variados sobre los puestos y procesos selectivos. Aunque todo depende de la persona, preparar unas oposiciones no es sencillo, sobre todo para aquellos perfiles que han pasado temporadas sin estudiar. Por eso es tan importante la planificación. Una buena forma de estudiar la materia de los exámenes es poniendo en práctica los conocimientos. De ahí que existan diversas aplicaciones que contienen test de exámenes reales de oposiciones anteriores de sectores y puestos tan variados como justicia, auxiliar administrativo, guardia civil o celador, recopilados en esta lista. Según la candidatura, hay oposiciones que también cuentan con pruebas físicas, como las destinadas a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Y para ellas también hay disponibles apps que ayudan a planificar los entrenamientos de forma eficaz. Pero en el proceso de preparación de unas oposiciones no todo va a ser estudiar, sino que también tiene que haber tiempo para descansar y relajarse. Las redes sociales son un buen espacio para ello. En Instagram ha surgido toda una corriente de cuentas de opositores que transmiten su día a día en sus perfiles. Apuntes cuidados y bonitos, consejos para el estudio, desahogos... En cuentas como Study Inspiration (@opos_justicia), Margot (@opo.margot) y Diario De Una Opositora (@ddunaopositora) puedes encontrar esto y mucho más.