Author: | PEDRO MONTOYA | ISBN: | 9781503022355 |
Publisher: | MINISTERIO APOSTOLICO Y PROFETICO CRISTO REY | Publication: | September 14, 2017 |
Imprint: | Language: | Spanish |
Author: | PEDRO MONTOYA |
ISBN: | 9781503022355 |
Publisher: | MINISTERIO APOSTOLICO Y PROFETICO CRISTO REY |
Publication: | September 14, 2017 |
Imprint: | |
Language: | Spanish |
El término el misterio de iniquidad (μυστηριον της ανομιας) es una expresión acuñada por el apóstol Pablo, y aparece una única vez en la segunda epístola que escribió a la recién fundada comunidad de fe en Tesalónica. Sin embargo, pese a ello, el tema fue parte del consejo de Dios que el apóstol dispersó por todas las regiones visitadas a partir de su segundo viaje apostólico. Por lo visto, el tema fue iniciado a partir de su llegada a la región de Macedonia.[1]
Tesalónica revistió de características especiales, fue el lugar donde el apóstol ingresó a nuevas revelaciones, principalmente, de descubrimiento de fuerzas de las tinieblas apostadas en regiones específicas, regiones identificadas por el apóstol como regiones inicuas.
El tema aparece unido, al menos por lo que se presenta en el texto, al asunto del retorno de Jesús, acerca del movimiento de la apostasía de Israel, y acerca de la persecución a la que están sujetas todas las comunidades de fe que el apóstol ha fundado. Sin embargo, el tema forma parte, también, de la visión que recibió de parte de Dios, de visitar la región de Macedonia por la necesidad espiritual que entre ellos existía, de conocer acerca del Evangelio del Reino.[2] El misterio de iniquidad surge dentro de este contexto.
Pablo está en el desarrollo de su segundo viaje apostólico, y el único antecedente que él trae como motivación es afirmar a las comunidades judeo-helénicas visitadas en su primer viaje, para entregarles los acuerdos alcanzados en el concilio de Jerusalem.[3] Y aunque quiso extenderse a las regiones del norte, no es sino, hasta que recibe la visión de pasar a Macedonia que su motivación y enseñanza toman un giro diferente, de allí que los temas que trata en su epístola son resultado directo de esta visión divina.
Por otra parte, las epístolas a los Tesalonicenses son de sus primeras producciones literarias, y surgen por la necesidad de mantener en ellos las enseñanzas de fe que impartió durante el poco tiempo que estuvo entre ellos. El apóstol reconoce que entre estas comunidades existe una agenda satánica que reclama las regiones habitadas por ellos. En una de sus epístolas a los Tesalonicenses les admite que intentó regresar más de una vez, pero Satanás lo embarazó, y le impidió regresar.[4]
¿Qué fue lo que Pablo vio en Macedonia que no había visto en otras regiones? Una de las razones porque quería subir hacia el norte, en Asia Menor, era porque quería primero visitar a las comunidades judías de la región, las más cercanas a Jerusalem, para mostrarles el error que habían cometido con respecto a Jesús, de no haberlo considerado como el Mesías prometido. De alguna manera quería enmendar el error en el que el pueblo había caído, al igual que él, de perseguir a los *del camino,**[5]***por no haber visto en Jesús a quien ellos esperaban, y quien restauraría el reino de David. Macedonia era una región romana,[6] y el apóstol no había visto la necesidad de ir a los gentiles todavía.
[1] 2da. Tesalonicenses 2:5,6
[2] Hechos 16:9
[3] Hechos 15:36; 16:4
[4] 1ra. Tesalonicenses 2:18
[5] Hechos 19:9,23
[6] Hechos 16:21
El término el misterio de iniquidad (μυστηριον της ανομιας) es una expresión acuñada por el apóstol Pablo, y aparece una única vez en la segunda epístola que escribió a la recién fundada comunidad de fe en Tesalónica. Sin embargo, pese a ello, el tema fue parte del consejo de Dios que el apóstol dispersó por todas las regiones visitadas a partir de su segundo viaje apostólico. Por lo visto, el tema fue iniciado a partir de su llegada a la región de Macedonia.[1]
Tesalónica revistió de características especiales, fue el lugar donde el apóstol ingresó a nuevas revelaciones, principalmente, de descubrimiento de fuerzas de las tinieblas apostadas en regiones específicas, regiones identificadas por el apóstol como regiones inicuas.
El tema aparece unido, al menos por lo que se presenta en el texto, al asunto del retorno de Jesús, acerca del movimiento de la apostasía de Israel, y acerca de la persecución a la que están sujetas todas las comunidades de fe que el apóstol ha fundado. Sin embargo, el tema forma parte, también, de la visión que recibió de parte de Dios, de visitar la región de Macedonia por la necesidad espiritual que entre ellos existía, de conocer acerca del Evangelio del Reino.[2] El misterio de iniquidad surge dentro de este contexto.
Pablo está en el desarrollo de su segundo viaje apostólico, y el único antecedente que él trae como motivación es afirmar a las comunidades judeo-helénicas visitadas en su primer viaje, para entregarles los acuerdos alcanzados en el concilio de Jerusalem.[3] Y aunque quiso extenderse a las regiones del norte, no es sino, hasta que recibe la visión de pasar a Macedonia que su motivación y enseñanza toman un giro diferente, de allí que los temas que trata en su epístola son resultado directo de esta visión divina.
Por otra parte, las epístolas a los Tesalonicenses son de sus primeras producciones literarias, y surgen por la necesidad de mantener en ellos las enseñanzas de fe que impartió durante el poco tiempo que estuvo entre ellos. El apóstol reconoce que entre estas comunidades existe una agenda satánica que reclama las regiones habitadas por ellos. En una de sus epístolas a los Tesalonicenses les admite que intentó regresar más de una vez, pero Satanás lo embarazó, y le impidió regresar.[4]
¿Qué fue lo que Pablo vio en Macedonia que no había visto en otras regiones? Una de las razones porque quería subir hacia el norte, en Asia Menor, era porque quería primero visitar a las comunidades judías de la región, las más cercanas a Jerusalem, para mostrarles el error que habían cometido con respecto a Jesús, de no haberlo considerado como el Mesías prometido. De alguna manera quería enmendar el error en el que el pueblo había caído, al igual que él, de perseguir a los *del camino,**[5]***por no haber visto en Jesús a quien ellos esperaban, y quien restauraría el reino de David. Macedonia era una región romana,[6] y el apóstol no había visto la necesidad de ir a los gentiles todavía.
[1] 2da. Tesalonicenses 2:5,6
[2] Hechos 16:9
[3] Hechos 15:36; 16:4
[4] 1ra. Tesalonicenses 2:18
[5] Hechos 19:9,23
[6] Hechos 16:21