Author: | PEDRO MONTOYA | ISBN: | 9781537706399 |
Publisher: | MINISTERIO APOSTOLICO Y PROFETICO CRISTO REY | Publication: | May 23, 2017 |
Imprint: | Language: | Spanish |
Author: | PEDRO MONTOYA |
ISBN: | 9781537706399 |
Publisher: | MINISTERIO APOSTOLICO Y PROFETICO CRISTO REY |
Publication: | May 23, 2017 |
Imprint: | |
Language: | Spanish |
Los otros días pasé por segunda ocasión en cuestión de cinco años por una situación de fraude que me llevó a entender los medios que Dios utiliza para revelarnos cuál es nuestra función dentro del reino.
Resultó que recientemente estaba buscando un trabajo a medio tiempo —part time— para completar algunos ingresos que necesitaba, y llegué a un anuncio que solicitaba un chofer —driver— para conducir el automóvil particular de una señora mayor durante sus salidas personales, era su hijo quien solicitaba este servicio, y quien pagaría semana tras semana los servicios prestados. Ofrecía pagar bien. Escribí por e-mail, según requería, y en un par de días recibí la respuesta.
Se trataba de un tal George Buchanan, quien nunca llamó personalmente, y aseguraba que era ingeniero en una refinería de Texas, que su mama vivía en la Florida, y que me enviaría por correo certificado un cheque con el salario por adelantado de mi primera semana de servicio, y un excedente que yo debía enviar por Money Gram a una persona en Las Vegas, para que me hiciera entrega del automóvil que usaría para mi uso personal, y para trasladar a su mama, mientras trabajara para él.
Se trataba de un esquema de fraude, un cheque certificado que al depositarlo el banco acredita la cantidad total, pero que no tiene fondos, y mientras tanto, la persona al enviar el excedente requerido es desfalcado por esa cantidad.
No caí en el engaño porque un par de años atrás había pasado también por una experiencia similar. Estaba vendiendo una cámara de video por anuncios clasificados, y resultó un comprador bajo el mismo concepto de fraude. Envió un cheque con una cantidad mayor, por error según él, y requería que enviase el resto vía Western Union a una persona en Inglaterra. Fui a la policía para denunciar el esquema, y pensé que estaba ayudando a descubrir este tipo de timo, pero la policía no quiso hacer nada porque como yo no había enviado dinero, y no había sido timado, no había delito.
Esta segunda vez me llevó a pensar sobre el asunto. ¿Por qué estuve expuesto nuevamente a un esquema de fraude? ¿Por qué de nuevo pretenden engañarme, y estafarme? Las preguntas que hice me llevaron a entender cómo Dios nos descubre la función que desarrollamos dentro del Reino de Dios, pero que por falta de discernimiento no entendemos los mensajes de Dios.
Dios me explicó que cada uno somos entrenados en el área donde desarrollaremos nuestro ministerio. Por ejemplo, el profeta necesita ejercitarse en el discernimiento para poder diferenciar cuando es Dios quien habla, y cuando la voz no procede de Dios, por eso su entrenamiento consiste en comer manteca y miel, para que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.
Los otros días pasé por segunda ocasión en cuestión de cinco años por una situación de fraude que me llevó a entender los medios que Dios utiliza para revelarnos cuál es nuestra función dentro del reino.
Resultó que recientemente estaba buscando un trabajo a medio tiempo —part time— para completar algunos ingresos que necesitaba, y llegué a un anuncio que solicitaba un chofer —driver— para conducir el automóvil particular de una señora mayor durante sus salidas personales, era su hijo quien solicitaba este servicio, y quien pagaría semana tras semana los servicios prestados. Ofrecía pagar bien. Escribí por e-mail, según requería, y en un par de días recibí la respuesta.
Se trataba de un tal George Buchanan, quien nunca llamó personalmente, y aseguraba que era ingeniero en una refinería de Texas, que su mama vivía en la Florida, y que me enviaría por correo certificado un cheque con el salario por adelantado de mi primera semana de servicio, y un excedente que yo debía enviar por Money Gram a una persona en Las Vegas, para que me hiciera entrega del automóvil que usaría para mi uso personal, y para trasladar a su mama, mientras trabajara para él.
Se trataba de un esquema de fraude, un cheque certificado que al depositarlo el banco acredita la cantidad total, pero que no tiene fondos, y mientras tanto, la persona al enviar el excedente requerido es desfalcado por esa cantidad.
No caí en el engaño porque un par de años atrás había pasado también por una experiencia similar. Estaba vendiendo una cámara de video por anuncios clasificados, y resultó un comprador bajo el mismo concepto de fraude. Envió un cheque con una cantidad mayor, por error según él, y requería que enviase el resto vía Western Union a una persona en Inglaterra. Fui a la policía para denunciar el esquema, y pensé que estaba ayudando a descubrir este tipo de timo, pero la policía no quiso hacer nada porque como yo no había enviado dinero, y no había sido timado, no había delito.
Esta segunda vez me llevó a pensar sobre el asunto. ¿Por qué estuve expuesto nuevamente a un esquema de fraude? ¿Por qué de nuevo pretenden engañarme, y estafarme? Las preguntas que hice me llevaron a entender cómo Dios nos descubre la función que desarrollamos dentro del Reino de Dios, pero que por falta de discernimiento no entendemos los mensajes de Dios.
Dios me explicó que cada uno somos entrenados en el área donde desarrollaremos nuestro ministerio. Por ejemplo, el profeta necesita ejercitarse en el discernimiento para poder diferenciar cuando es Dios quien habla, y cuando la voz no procede de Dios, por eso su entrenamiento consiste en comer manteca y miel, para que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.