Author: | Jorge Señorans, Luis Inzaurralde | ISBN: | 9789974718647 |
Publisher: | Penguin Random House Grupo Editorial Uruguay | Publication: | January 17, 2018 |
Imprint: | B DE BOOKS | Language: | Spanish |
Author: | Jorge Señorans, Luis Inzaurralde |
ISBN: | 9789974718647 |
Publisher: | Penguin Random House Grupo Editorial Uruguay |
Publication: | January 17, 2018 |
Imprint: | B DE BOOKS |
Language: | Spanish |
Desde 1993 a 1997, el Club Atlético Peñarol marcó la hegemonía deportiva a nivel local. Partidos increíbles, la cocina de cómo se realizó y anécdotas son algunas de las piezas que componen este texto, fundamental en la historia aurinegra.
Los inolvidables viajes al Centenario los días de clásico, el ritual de encontrar un carro de caballo antes de llegar, como cábala. De don Gregorio a Fossati. La campana de la entrada de la concentración que tocaba Otero, esperar que Martín Rodríguez se duchara para partir al Estadio, las inefables salidas del Vasco Aguirregaray, el corazón del Caballo De los Santos, la calidad de Pacheco, la alegría del Pato Aguilera, las cábalas y la clase de Bengoechea, el liderazgo del Tano Gutiérrez, el ejemplo del Chueco Perdomo. Y el todos juntos que surgió como grito de rebeldía.
Cinco años de mate y tambor. El asado de los miércoles con un vasito de vino. Infatigables horas de entrenamiento. Pase cruzado, avalancha y cabezazo. Un apasionado y esforzado trabajo de perfeccionamiento para lograr una fórmula exitosa. Horas y horas de concentración jugando a las cartas, al casín o, simplemente, charlando de la vida. Asadera de pizza y bochas allá debajo de los árboles de Los Aromos.
Cinco años de pregonar con el ejemplo. Los ladrillos arriba de los autos, como clara señal para los jóvenes que ganaban su primer dinero para que pensaran en la casa antes que en un auto de lujo. El traslado de un legado, de una forma, de la solidaridad como bandera y el compromiso y fidelidad a una causa como única moneda de pago del éxito. Vivir para Peñarol.
Cinco años esperando cada fin de semana la llegada del Contador para sentarse alrededor del hombre que contaba historias increíbles y tenía gestos solidarios.
Llorar y reír. Caer y levantarse. Convivir con la agonía del sufrimiento y resurgir de la nada. Resurgir una y otra vez con la mística de la camiseta: a lo Peñarol.
El Quinquenio de 1993 a 1997. Una vivencia única e inigualable. Plagada de cuentos y anécdotas contados por los propios protagonistas. Un viaje a lo más profundo de la intimidad de un grupo que se ganó un lugar en las páginas de gloria del club y de la historia del fútbol uruguayo.
Desde 1993 a 1997, el Club Atlético Peñarol marcó la hegemonía deportiva a nivel local. Partidos increíbles, la cocina de cómo se realizó y anécdotas son algunas de las piezas que componen este texto, fundamental en la historia aurinegra.
Los inolvidables viajes al Centenario los días de clásico, el ritual de encontrar un carro de caballo antes de llegar, como cábala. De don Gregorio a Fossati. La campana de la entrada de la concentración que tocaba Otero, esperar que Martín Rodríguez se duchara para partir al Estadio, las inefables salidas del Vasco Aguirregaray, el corazón del Caballo De los Santos, la calidad de Pacheco, la alegría del Pato Aguilera, las cábalas y la clase de Bengoechea, el liderazgo del Tano Gutiérrez, el ejemplo del Chueco Perdomo. Y el todos juntos que surgió como grito de rebeldía.
Cinco años de mate y tambor. El asado de los miércoles con un vasito de vino. Infatigables horas de entrenamiento. Pase cruzado, avalancha y cabezazo. Un apasionado y esforzado trabajo de perfeccionamiento para lograr una fórmula exitosa. Horas y horas de concentración jugando a las cartas, al casín o, simplemente, charlando de la vida. Asadera de pizza y bochas allá debajo de los árboles de Los Aromos.
Cinco años de pregonar con el ejemplo. Los ladrillos arriba de los autos, como clara señal para los jóvenes que ganaban su primer dinero para que pensaran en la casa antes que en un auto de lujo. El traslado de un legado, de una forma, de la solidaridad como bandera y el compromiso y fidelidad a una causa como única moneda de pago del éxito. Vivir para Peñarol.
Cinco años esperando cada fin de semana la llegada del Contador para sentarse alrededor del hombre que contaba historias increíbles y tenía gestos solidarios.
Llorar y reír. Caer y levantarse. Convivir con la agonía del sufrimiento y resurgir de la nada. Resurgir una y otra vez con la mística de la camiseta: a lo Peñarol.
El Quinquenio de 1993 a 1997. Una vivencia única e inigualable. Plagada de cuentos y anécdotas contados por los propios protagonistas. Un viaje a lo más profundo de la intimidad de un grupo que se ganó un lugar en las páginas de gloria del club y de la historia del fútbol uruguayo.