Author: | Miguel Marcotrigiano | ISBN: | 9781310416774 |
Publisher: | Miguel Marcotrigiano | Publication: | August 16, 2015 |
Imprint: | Smashwords Edition | Language: | Spanish |
Author: | Miguel Marcotrigiano |
ISBN: | 9781310416774 |
Publisher: | Miguel Marcotrigiano |
Publication: | August 16, 2015 |
Imprint: | Smashwords Edition |
Language: | Spanish |
La poesía siempre alcanza sus cumbres más altas cuando escruta, en inclemente merodeo, su propia gestión; su vida misma. Nada más inestimable para la comprensión y nada más impostergable para la afectividad que la poesía haciendo poesía de la poesía o concibiendo la poesía de unos tratando de entenderse en la poesía de los otros. El poeta crítico por y para la poesía es la condición sublime de este arte oblicuo de la palabra, reino de lo que no puede decirse diciendo y ámbito de lo que se quiere decir anhelando la facultad de decir.
Esto y más es lo que podemos encontrar en los versos de este libro cementerio, hojas de ciprés que tanto cautivaron a los poetas del diecinueve y que tanta falta han hecho a los poetas del veinte. Reconocimiento de la poesía por obra de poetas en el momento luctuoso de las despedidas. Luces que se invocan cuando todo va a desaparecer. Cantos que se entonan sabiendo que nunca más podrán escucharse. Vidas que están diciendo adiós y cuya partida no comprendemos y no queremos aceptar. Consuelo verbal frente a la fosa común. Lucha feroz entre los signos y el símbolo.
Como si recorriéramos el osario poético personal del autor, poeta de suicidios y de afectos necróticos, quedan reunidas aquí las lápidas poéticas (la poesía lapidaria) de un conjunto de nombres enormes llamados por sus nombres propios, en una familiaridad que habla de un panteón de ánimos comunes y de un mausoleo de acuerdos funerarios que terminan siendo homenaje vivificador para cada uno de ellos. La nómina es preciosa y perfecta y merece ser recorrida como indicación de lo que este libro nos está ofreciendo; los mejores epitafios para recordar la fosa común en la que se encuentran estas figuras, guiadas por la idea y la verdad de la muerte, por el vivir muriendo y por la violencia de un final que se añora comienzo. Los nombres espeluznan y cautivan. El pavor por admiración luce una constante y la mejor constancia de que estos versos escritos por admiración de esos autores serán perduración de elogio más que solaz de tragedia.
Fosa común, de Miguel Marcotrigiano, debe ser visto como una vuelta a los nobles hábitos declaratorios sobre los orígenes y las paternidades. Cree, con fe inquebrantable, que nada somos hoy sin lo que otros fueron ayer. Que no existe manera de hacer poesía para nosotros sin que antes hayamos hecho poesía para los que nos precedieron. Sistema circulatorio que no es posible fraccionar o interrumpir, nos debemos a lo anterior, pues nada es nuevo (ni tiene que serlo) en los espacios de la escritura. Virgilio inventó hace tanto tiempo que ya es olvido, que los modelos eran los griegos, su ayer más fecundo, y que nada de lo que haría tendría que ser novedoso, pues sabía que ello no era posible en cuanto a la palabra estética; una lengua que cambia sin cambiar, siempre una dorada vuelta a la patria literaria.
La poesía siempre alcanza sus cumbres más altas cuando escruta, en inclemente merodeo, su propia gestión; su vida misma. Nada más inestimable para la comprensión y nada más impostergable para la afectividad que la poesía haciendo poesía de la poesía o concibiendo la poesía de unos tratando de entenderse en la poesía de los otros. El poeta crítico por y para la poesía es la condición sublime de este arte oblicuo de la palabra, reino de lo que no puede decirse diciendo y ámbito de lo que se quiere decir anhelando la facultad de decir.
Esto y más es lo que podemos encontrar en los versos de este libro cementerio, hojas de ciprés que tanto cautivaron a los poetas del diecinueve y que tanta falta han hecho a los poetas del veinte. Reconocimiento de la poesía por obra de poetas en el momento luctuoso de las despedidas. Luces que se invocan cuando todo va a desaparecer. Cantos que se entonan sabiendo que nunca más podrán escucharse. Vidas que están diciendo adiós y cuya partida no comprendemos y no queremos aceptar. Consuelo verbal frente a la fosa común. Lucha feroz entre los signos y el símbolo.
Como si recorriéramos el osario poético personal del autor, poeta de suicidios y de afectos necróticos, quedan reunidas aquí las lápidas poéticas (la poesía lapidaria) de un conjunto de nombres enormes llamados por sus nombres propios, en una familiaridad que habla de un panteón de ánimos comunes y de un mausoleo de acuerdos funerarios que terminan siendo homenaje vivificador para cada uno de ellos. La nómina es preciosa y perfecta y merece ser recorrida como indicación de lo que este libro nos está ofreciendo; los mejores epitafios para recordar la fosa común en la que se encuentran estas figuras, guiadas por la idea y la verdad de la muerte, por el vivir muriendo y por la violencia de un final que se añora comienzo. Los nombres espeluznan y cautivan. El pavor por admiración luce una constante y la mejor constancia de que estos versos escritos por admiración de esos autores serán perduración de elogio más que solaz de tragedia.
Fosa común, de Miguel Marcotrigiano, debe ser visto como una vuelta a los nobles hábitos declaratorios sobre los orígenes y las paternidades. Cree, con fe inquebrantable, que nada somos hoy sin lo que otros fueron ayer. Que no existe manera de hacer poesía para nosotros sin que antes hayamos hecho poesía para los que nos precedieron. Sistema circulatorio que no es posible fraccionar o interrumpir, nos debemos a lo anterior, pues nada es nuevo (ni tiene que serlo) en los espacios de la escritura. Virgilio inventó hace tanto tiempo que ya es olvido, que los modelos eran los griegos, su ayer más fecundo, y que nada de lo que haría tendría que ser novedoso, pues sabía que ello no era posible en cuanto a la palabra estética; una lengua que cambia sin cambiar, siempre una dorada vuelta a la patria literaria.