El Gozo de Suplicar Para Pertenecer Al Señor Jesús: Un Testimonio

Escribí este libro por cuatro razones. Primero, después de que el Espíritu Santo haya bajado sobre mí con poder el 24 de octubre de 1970, el Señor me dio una visión de los perdidos en el infierno. Más tarde, me dio otra visión sobre los santos en el cielo. Luego, me reveló cuánto me amaba y me ama. Ese libro es un intento de respuesta a lo que me ha permitido ver y lo que me está permitiendo de ver.
Segundo, un ángel dijo a la esposa de Manoa, el padre de Sansón,
“pues he aquí concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y el comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos “(Jueces 13:5).
Manoa le preguntó; “cuando se cumplan tus palabras, ¿cómo debemos criar al niño? ¿Cómo deberá portarse? (Jueces 13:12). Hay en este libro el contenido de las reglas de mi vida y de mi caminar con Dios tal como lo he recibido del Señor y tal como lo he desarrollado durante los años. El apóstol Pablo dijo,
“Con este propósito les envié a Timoteo, mi amado y fiel hijo en el Señor. Él les recordará mi manera de comportarme en Cristo Jesús, como enseño por todas partes y en todas las iglesias.” (1 Corintios 4:17).
Ese libro es la declaración de mi propio “caminar con Jesucristo”.
Tercero, mientras pasaban los años, hice promesas al Señor. Habiéndolas hecho, las tengo que cumplir (Eclesiastés 5:4-6).
Cuarto, he caminado por muchos años con el Señor Jesús. Él me ha bendecido y satisfecho más allá de lo imaginado. En respuesta a Su amor, Le doy mi espíritu, mi alma y mi cuerpo con gozo y, he encontrado un inmerecido privilegio en servirle. Le suplico para servirle, Le suplico para darle mi todo. Le suplico con gozo por ese inmerecido privilegio en conocer, amar y servirlo.