Author: | Claudia Silva | ISBN: | 9786070731839 |
Publisher: | Grupo Planeta - México | Publication: | November 12, 2015 |
Imprint: | Diana México | Language: | Spanish |
Author: | Claudia Silva |
ISBN: | 9786070731839 |
Publisher: | Grupo Planeta - México |
Publication: | November 12, 2015 |
Imprint: | Diana México |
Language: | Spanish |
Ximena de la Macorra pertenece a una de las mejores familias de México. Su papá es un político muy importante –obvio del PRI– que prácticamente maneja el país. Creció educada por las monjas del Colegio Regina y conviviendo con sus chachas (término políticamente incorrecto pero que ella utiliza de manera afectiva bajo el argumento de: “¡pero si las tratamos bien! Son como de la familia”). Sueña con una nación dónde los políticos se parezcan a George Clooney (o por lo menos a Mancera), las calles dejen de tener baches y las zonas arqueológicas cuenten con un mall tipo Saks Fifth Avenue. Aunque estudió cuatro carreras no terminó ninguna. Su primer trabajo fue en una casa de bolsa pero ahí sólo duró dos días porque, aparte de que no había ninguna Louis Vuitton, Hermès o Chanel como ella pensaba, tampoco tenía una oficina propia. Luego quiso ser productora y su papá le compró los derechos de un musical de Broadway pero al ver cómo sufrían los actores durante las audiciones, abandonó el proyecto.
Ximena de la Macorra pertenece a una de las mejores familias de México. Su papá es un político muy importante –obvio del PRI– que prácticamente maneja el país. Creció educada por las monjas del Colegio Regina y conviviendo con sus chachas (término políticamente incorrecto pero que ella utiliza de manera afectiva bajo el argumento de: “¡pero si las tratamos bien! Son como de la familia”). Sueña con una nación dónde los políticos se parezcan a George Clooney (o por lo menos a Mancera), las calles dejen de tener baches y las zonas arqueológicas cuenten con un mall tipo Saks Fifth Avenue. Aunque estudió cuatro carreras no terminó ninguna. Su primer trabajo fue en una casa de bolsa pero ahí sólo duró dos días porque, aparte de que no había ninguna Louis Vuitton, Hermès o Chanel como ella pensaba, tampoco tenía una oficina propia. Luego quiso ser productora y su papá le compró los derechos de un musical de Broadway pero al ver cómo sufrían los actores durante las audiciones, abandonó el proyecto.